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Aprendiendo a convivir
Regulamos la conducta

Os presentamos una serie de ORIENTACIONES Y PAUTAS para establecer NORMAS Y LÍMITES que nos permitan mejorar  y regular las conductas de nuestros  pequeños. 

 

                       ESTRATEGIAS PARA ESTABLECER NORMAS Y LÍMITES EN CASA 

 

Los límites y las normas son los ejes fundamentales que van a guiar el comportamiento de nuestros hijos. Estas normas son necesarias y dan estabilidad y equilibro a la vida de nuestros hijos. Pero en ocasiones el establecimiento y cumplimiento  de dichas normas puede parecer muy difícil. Para ello podemos utilizar  diferentes estrategias que nos van a facilitar mucho la educación de los más pequeños.  

  1. El primer paso sería establecer cuáles son las normas que queremos implantar, lo que el niño puede o no puede hacer y priorizar las más importantes o las que antes queramos modificar: ir a la cama a las 9, sentarse a hacer las tareas las cuatro, ver una hora de tele al día, lavarse las manos antes del comer, no quitarle los juguetes a sus hermanos en vez de pedírselo….  Tiene que ser normas claras, concisas y concretas ( no puede ser obedecer a la primera, hacer caso a tu madre...) estas normas tiene que ser conocidas por los niños y explicada. Sería bueno hacer un listado de forma conjunta y mantenerlas a la vista una temporada. Los niños tiene que saber qué es lo que se espera de él.  
  2. Tanto las normas como las consecuencias de dichas normas tiene que estar consensuadas por los padres. El niño tienen que ver coherencia por ambos padres.  
  3. Firmeza, es la tercera palabra clave. Las normas una vez establecida no se puede cambiar. Es fundamental mantenerla en el tiempo para que se convierta en rutina y no haya una necesidad de lucha por parte del niño para librarse de la norma. Esto supone firmeza y mantenerlo en el tiempo (por lo menos dos meses), si no somos firmes y constantes es muy difícil que le niño deje de luchar por cambiarla.  
  4. Una vez que hemos establecido la norma, es el momento de implantarlamantenerla. Para ello es importante: 
  •  Refuerzo inmediato de toda conducta positiva. Felicitar al niño inmediatamente después de que haya hecho algo bueno (hablar sin gritar, pedir a su hermana el juguete en vez de quietárselo, ir a lavarse los dientes a la primera...), la felicitación será a base de elogios, muestras  de afecto (abrazo, beso, atención individualizada), privilegios extra (ver más TV, un postre especial). A todo nos gusta oir lo que hacemos bien.  
  • Ante la primera manifestación de la conducta negativa del niño le explicaremos claramente y sin gritar qué es lo que tiene que hacer, ignoramos durante un rato las conductas de rabietas, y si continua le explicamos cual va a ser las consecuencia de sus actos.  
  • Las consecuencias pueden ser: consecuencias naturales (llegar tarde a clase, no llevar los deberes hechos, llegar tarde al entrenamiento…),  eliminación de alguna actividad que puede ir seguida de la norma (“si no te lavas las manos no hay postre” o “después de comer íbamos a haber ido a la piscina pero …”,) o castigos ( a tu cuarto, sin ir a la extraescolar etc….).  
  • Los castigos tiene que utilizarse como última opción y siempre y cuando la eliminación de algo atractivo no haya funcionado. Es fundamental que siempre que se ponga un castigo sea lo más  inmediato a la conducta, se cumpla y sea proporcional….No se puede decir como sigas peleándote con tu primo  nos vamos y luego no irnos, o "si dices una palabrota más te quedas sin cumple" (eso castigo es muy desproporcionado). Los castigos cuanto menos mejor, pero si se hacen hay que hacerlos bien y llevarlos hasta las últimas consecuencias, sino no sirven de nada. Ej. Una  conducta  negativa podrá ser dejar tirada la chaqueta al llegar del colegio y la conducta positiva seria dejarla colgada  en  su  sitio. Primero: le comunicaremos que dejar la chaqueta en el suelo no está bien porque se ensucia. Segundo: le advertiremos las consecuencias de seguir haciéndolo: "Si vuelves a dejar tirada la chaqueta, no podrás ver los dibujos X". Tercero: le premiaremos siempre que cuelgue la chaqueta. Lo recomendable es  que  se  debe intentar premiar  (con  elogios,  afecto, pegatina,  etc.)  tres veces por esa conducta por cada castigo o reprimenda aplicado. 

 5. Una vez que, después de la rabieta,  se cumple la norma es el momento de decir cómo nos hemos  sentimos. Cuando ya las emociones menos agradables de enfado, rabia, nervios…han ido pasando es el momento de explicar cómo nos hemos sentido cada uno…(cuando tú me gritas yo me siento…..). Y decirnos tres cosas bonitas los unos de los otros para mejorar nuestra autoestima. 

 

Además de estos es importante:  

 Establecer rutinas claras. Cuanto más claro sepa lo que tiene que hacer y cuando lo tiene que hacer menos protestará y más eficaz será.  

  • Valore el esfuerzo más que los resultados. Importante reforzar el esfuerzo, el interés y la actitud proactiva por aprender.  
  • A la hora de estudiar o hacer los deberes debe plantearse una rutina clara, tener horarios, saber que se va a estudiar, cuando se va a leer….. 
  • Utilizar alarmas y cronómetros para que pueda controlar el tiempo que invierte en hacer los deberes, jugar a dispositivos digitales,  ver la televisión …… 

 

 

                 10 ASPECTOS  QUE NOS AYUDA A PREVENIR O A MANEJAR UNA RABIETA

 

  1. Es fundamental controlarnos emocionalmente. Las emociones son muy contagiosas, si los padres les gritamos, ellos nos gritan. Tenemos que procurar tener la máxima  paciencia, contar hasta diez, repetirnos que es importante guardar la calma, que merece la pena y olvidarnos de los demás (vecinos, familia, amigos…), lo más importante es la educación de nuestros hijos. Piensa que si aguantamos en el tiempo (2 meses) las rabietas, los chillidos y los” numeritos” disminuirán considerablemente. A veces tendemos más a desahogar nuestras emociones que a corregir la conducta de nuestros niños.   
  2. Planificar de antemano  las situaciones conflictivas. Si tiene que  ir al  supermercado  o  a comer al restaurante hay que explicarles claramente qué es lo que no se debe hacer y  cómo esperas que se  vaya a comportar. Se le advierte  de las consecuencias si la conducta no es la deseada y qué  gratificación recibirá  si  se comporta bien. Si la conducta es únicamente algo  mejor que lo habitual, sin ser lo que uno ha pedido, es importante en este caso alabar su esfuerzo. 
  3. Todos los momentos que sabemos que pueden ser conflictivos (ponerse a hacer los deberes, ir a la bañera, vestirse por la mañana…) podemos dejarle tomar decisiones, controlar parte de acción: elegir si se quiere bañar o duchar,  elegir la parte de arriba o de abajo de la ropa, elegir por qué deberes quiere empezar etc…. 
  4. Mejorar en autonomía y responsabilidad, si mejorarnos su autonomía (vestirse solo, lavarse solo, comer solo…..) vamos a mejorar por una parte, su autoestima, su autoconcepto y su sentimiento de control, y por otra, reduciremos momentos conflictivos.  
  5. Siempre que le demos ordenes es preferible que las hagamos en positivo, mejor  habla más bajo a NO chilles. 
  6. Cuando veamos que se va a iniciar una rabieta o discusión, vamos a  provocarles emociones que sean contrarias al enfado, rabia….de manera que no vaya incresendo, por ejemplo, si quieres que vaya a lavarse los dientes y dice que no, le podemos  hacer cosquillas o ir al baño haciendo la conga, si está discutiendo con su hermano, ofrecerles un chicle ignorando la discusión. 
  7. Procurar que el niño nunca obtenga provecho de un chantaje emocional, una rabieta, un berrinche, una agresión….Conseguir lo que se propone, salirse con la suya, dejar de prestar atención a su hermano….. 
  8. Siempre que tengamos ocasión les decimos los aspectos positivos que tienen y las cosas buenas que hacen. Es muy importante que, por lo menos,  escuchen tres veces al día algo bueno sobre ellos y forzarles a decir algo bueno de los miembros de su familia o amigos.  
  9.  Cuando hay que corregirles siempre nos referiremos a su conducta, “ eso que haces es una tontería”, “ te comportas como ….” Desaprueba su conducta nunca a ellos. Si conseguimos que  ellos se sientan valorados, queridos, útiles…sus conductas conflictivas disminuirán porque estarán más tiempo contentos que enfadados.  
  10. Evitar llamarle la atención ante los demás por sus malas conductas pues quedará fijada su imagen de “niño malo” y seguirá buscando eses rol.  Aprovecha a elogiar al niño públicamente cuando tenga un buen comportamiento, cuando colabore, ceda sus juguetes, se comporte decentemente en un restaurante…. 

 

Para empezar a mejorar la situación en casa, puedes elegir entre los dos padres, tres puntos de todos los explicados qué vais a empezar a trabajar en casa; tienen que ser consensuados, pactados y con la voluntad de mantenerlos en el tiempo. Y elegir tres normas básicas o conductas que queréis modificar.

Recuerda que educar pueder ser  muchas veces frustante pero merece la pena el esfuerzo.

 

 

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